Cuando compras mariscos frescos, es imperativo que elijas un vendedor minorista de buena reputación y sepas qué debes buscar en los mismos, pues, si no están bien lavados o seleccionados pueden ser una fuente importante de infecciones estomacales.
- Examina cómo se muestran los camarones en el cajón de mariscos. Deben estar sobre hielo porque siempre deben estar a una temperatura de 34 grados F (1,1 grados C) para obtener los mejores resultados. La refrigeración simple no los mantendrá a esta temperatura óptima.
- Observa si el camarón está intacto, con la cabeza aún adherida. Los que aún conservan la cabeza indican que no han sido previamente congelados por el vendedor.
- Huele el camarón. Esto es especialmente importante si no tiene la cabeza. Si está fresco y no se ha echado a perder olerá a sal y ligeramente al océano. No debe oler a pescado bajo ningún concepto. Además, si sientes olor a amoniaco, probablemente el camarón se ha echado a perder.
- No debe tener ninguna mancha negra en la carne interior o en la corteza exterior.