La pera es una excelente fuente de vitaminas A, B, C y E, ácido fólico, fibra, potasio, sales minerales, azúcares yodo, hierro y calcio. Todos estos componentes la hacen ideal para lograr un enriquecimiento vitamínico en el cuerpo y una dieta sana y equilibrada. Como también posee taninos y ácido caféico, le atribuyen propiedades antibacterianas.
Entre los beneficios de comer peras, tenemos:
- Es un alimento diurético, uricolítico (disuelve el ácido úrico), depurativo, laxante, remineralizante, estomáquico, astringente y sedante.
- Por su bajo contenido en hidratos de carbono y en sodio resulta recomendable para diabéticos, hipertensos y para quienes hayan padecido enfermedades cardíacas.
- De gran valor en casos de reumatismo, gota, artritis, estrés, anemia, diarrea, obesidad e hipertensión arterial.
- La pera es de fácil y rápida digestión cuando está tierna y madura. Quienes tengan un aparato digestivo algo delicado, pueden tomarla cocida. Pierde así, no obstante, gran parte del contenido vitamínico, aunque no los minerales e hidratos de carbono.
- La pera ejerce una suave acción astringente y evita la putrefacción y flatulencias intestinales, típicas por ejemplo de la colitis.
- La pera favorece además la eliminación de ácido úrico a través de la orina.
- Tiene efecto alcalinizante de la sangre, lo que la hace indicada en dietas depurativas, contribuyendo a neutralizar el exceso de residuos tóxicos propios de una dieta rica en productos de origen animal.
- También está indicada en el caso de exceso de peso. En efecto, cuando se desea eliminar grasa o combatir una retención acuosa, la pera es un alimento muy conveniente. En primer lugar por su bajo contenido calórico y en segundo lugar por su elevado poder diurético (mayor eliminación de agua a través de la orina).
- Además, es conocido el efecto hipotensor de la pera por su acción estimulante de la formación de orina, lo cual ha sido científicamente comprobado. Ello se debe a la casi nula presencia de sodio (que retiene agua, aumentando el volumen y la presión de la sangre) y a su elevado contenido en potasio (125 mg por 100 g), con efecto contrario.
Tips para conservarlas
- Una vez en casa tras la compra, hay que liberarlas del envoltorio que lleven, con objeto de dejarlas respirar.
- Deben manipularse con cuidado para evitar roturas que puedan acelerar el proceso de descomposición y eliminar posibles piezas que estén deterioradas, evitando así el contagio del resto.
- Es necesario guardarlas en un lugar seco, fresco y protegido de la luz.
- Se pueden conservar en la nevera, en la parte menos fría, no más de tres días.